Ushuaia - Cerro Castor

Ushuaia ofrece un hermoso paisaje tanto en la ciudad como en la montaña, y según dicen, la temporada más extensa del país. Nuestro viaje en Julio de 2004 fue bastante desafortunado, ya que en pleno invierno estuvo más de 15 días sin una nevada. La pista estaba dura y con poca nieve acumulada.
Según nos comentaron los lugareños, eso no había ocurrido en mucho tiempo y era una situación muy poco común.

El cerro es relativamente chico en extensión pero con potencial de crecimiento si se decide invertir en nuevos medios de elevación para aprovechar otras caras de la montaña no explotadas hoy en día.
La altura y desnivel de la montaña no son muy grandes, lo que permite una actividad con menos agitación (ya que no falta el oxígeno).

En caso de mala temporada (como nos ocurrión), Ushuaia ofrece excelente excursiones que valen la pena como Bahía la Pataia, el punto más austral del continente, el tren del fin del mundo, la prisión, o simplemente un paseo por la costa.

Los precios son elevados por demás y como la mayor parte de la población emigró desde Buenos Aires (con disculpa de los porteños), la atención al turista deja bastante que desear.

Snowboarding en Francia

Y si... no pudimos esperar hasta el próximo invieno, así que emprendimos viaje hacia el otro hemisferio.
En el sur de Francia, cerca de Lyon, hay una pequeña aldea llamada Saint Sorlin D'arves. En realidad son 3 aldeas interconectadas por las pistas y medios de elevación que suman casi 500 Km de area esquiable. Un lugar para nada turístico pero increible.
Sin hacer comparación de monedas, esquiar en estos lugares alejados es extremadamente barato. Por toda una semana, con alojamiento, comida y pases no gastamos más de 300 euros por cabeza. No hace falta aclarar que para una persona que cobra su sueldo en Euros resulta una pequeña porción de su salario mensual.
No se por qué esquiar en Argentina se considera un lujo mientras que en estos lugares es como ir a la esquina a comprar pan.

Volviendo al tema, este centro de Ski es muy viejo y los medios de elevación (slavo contadas excepciones) eran bastante precarios y lentos, pero el tamaño del área esquiable compensaba toda deficiencia, ya que una vez arriba, se podía bajar ininterrumpidamente por casi una hora.

Los franceses no nos trataron muy bien ya que, nuevamente, al no tratarse de un lugar turístico, no está acostumbrados a hablar otro idioma que no sea el propio. Es una pena que nos hayamos llevado esa impresión.